No estás desmotivado. Simplemente te han enseñado que el esfuerzo no importa.
Toma una cosa que hayas abandonado y realiza una pequeña acción para solucionarla.
Esto no es para demostrar el éxito, es para demostrar la posibilidad.
En psicología, nos enseñan que pensar demasiado es un mecanismo de afrontamiento. Te da la ilusión de control. Piensas más, así que no tienes que actuar. Porque actuar implica arriesgarse.
Date 10 minutos para reflexionar sobre tus pensamientos. Decide si dejarlos ir o actuar en consecuencia. Deja de buscar la jugada perfecta. Cometerás errores, fracasarás, ¡todo estará bien!
No eres perezoso. Estás abrumado, sobreestimulado y evitas el dolor.
La procrastinación suele estar relacionada con la evasión emocional y el miedo al fracaso, porque el cerebro se protege del dolor emocional. No se trata de un problema de tiempo, sino de un problema emocional.
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